Soy uno de los nostálgicos y felices propietarios del Lynx de Atari, la primera consola portatil a color del mundo. Este producto fue lanzado en 1989, el mismo año que el monocromático Game Boy de Nintendo. Pero su tecnología era muy superior:
8 bits, sonido de 4 canales, más de 16 colores simultáneos en pantalla, capacidad de girar si el usuario era zurdo. Además, se podían conectar hasta 8 usuarios al mismo tiempo via el cable ComLynx. A pesar de las limitaciones de hardware, era capaz de crear efectos de zoom, y simular escenas 3-D.
8 bits, sonido de 4 canales, más de 16 colores simultáneos en pantalla, capacidad de girar si el usuario era zurdo. Además, se podían conectar hasta 8 usuarios al mismo tiempo via el cable ComLynx. A pesar de las limitaciones de hardware, era capaz de crear efectos de zoom, y simular escenas 3-D.
Se veia todo muy atractivo, pero errores de Atari hicieron que este Goliath de los portátiles de principios de los 90, sucumbiera ante el pequeño David de Nintendo. Gracias a estrategias de marketing, Nintendo siempre tuvo el apoyo de las empresas desarrolladoras de software.
Aparte, Lynx necesitaba 6 pilas en contra de las 4 del Game Boy que además era más compacto. Finalmente, debido a su tecnología, el producto de Atari era extremadamente caro comparado con la competencia.
Lynx fue descontinuado en 1994. Sin embargo, nunca pudo ser suplantado hasta el año 2001, cuando Nintendo lanzó Game Boy Advance. Increíblemente, Lynx fue la más poderosa y exclusiva máquina portatil por más de una década.
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